Una mujer turkana ofrece comida del Programa Mundial de Alimentos a su hijo malnutrido en el hospital del distrito de Lodwar, Turkana, noroeste de Kenia. Cerca de ocho millones de personas se nutren con la comida del PMA en el Cuerno de África, pero el objetivo es asistir a 11,5 millones afectados por el hambre en la región. Aproximadamente la mitad de las familias que viven en la región de Turkana no logran alimentarse más de una vez al día por la grave sequía. Turkana es la región más afectada en Kenia. // Una mujer turkana ofrece comida del Programa Mundial de Alimentos a su hijo malnutrido en el hospital del distrito de Lodwar, Turkana, noroeste de Kenia. Cerca de ocho millones de personas se nutren con la comida del PMA en el Cuerno de África, pero el objetivo es asistir a 11,5 millones afectados por el hambre en la región. Aproximadamente la mitad de las familias que viven en la región de Turkana no logran alimentarse más de una vez al día por la grave sequía. Turkana es la región más afectada en Kenia.(Foto: EFE)
Una mujer turkana ofrece comida del Programa Mundial de Alimentos a su hijo malnutrido en el hospital del distrito de Lodwar, Turkana, noroeste de Kenia. Cerca de ocho millones de personas se nutren con la comida del PMA en el Cuerno de África, pero el objetivo es asistir a 11,5 millones afectados por el hambre en la región. Aproximadamente la mitad de las familias que viven en la región de Turkana no logran alimentarse más de una vez al día por la grave sequía. Turkana es la región más afectada en Kenia.
Según Oxfam (Oxford Commitee for Famine Relief ), organización internacional de promoción del desarrollo y lucha contra la hambruna, la comunidad internacional no sigue el ritmo de la crisis en el Cuerno de África, que está fuera de control.

Los países afectados son Somalia, Yibuti, Eritrea y Etiopía, pero se puede ampliar a Kenia y Sudán. Sus habitantes están sufriendo las consecuencias de una catástrofe alimentaria histórica, cuya causa principal es una persistente sequía.

Las Naciones Unidas estiman que el número total de personas afectadas podría aumentar en poco tiempo hasta en un 25 por ciento de la población de estos países, y superar entonces los 15 millones, si no se ejecuta una acción urgente en todos los frentes, como una provisión de alimentos de emergencia, agua y refugio.

El hambre y la sequía que está matando a miles de personas diariamente en la zona del Cuerno de África tienen un responsable directo, según responsables de Oxfam: el calentamiento global. Las emisiones de gases de efecto invernadero de los países ricos, dicen, que provocan estragos en los más vulnerables.

Recientemente, dos artículos publicados en las revistas científicas Nature y Science muestran que estas crisis suceden periódicamente desde hace 20.000 años, pero que los investigadores habían alertado de la situación que se avecinaba.

Tres eran las pruebas que lo refutaban, según estas prestigiosas publicaciones. En primer lugar, se había observado un fenómeno climático similar al de 'La Niña', asociado con una disminución de las lluvias en esa zona de África entre octubre y noviembre. A la escasez de lluvias durante los últimos años se sumaba en esta ocasión el elevado precio de los alimentos y, por último, los científicos detectaron una relación entre el calentamiento del océano Índico, por el cambio climático, y la reducción de lluvias en África Oriental.

Sequías más recurrentes y severas
Personas desplazadas de la etnia Oromo, en Nairobi, Kenia. Las Naciones Unidas estiman que el número total de personas afectadas podría aumentar hasta en un 25 por ciento y superará los 15 millones en poco tiempo si no se ejecuta una acción urgente en todos los frentes. // Personas desplazadas de la etnia Oromo, en Nairobi, Kenia. Las Naciones Unidas estiman que el número total de personas afectadas podría aumentar hasta en un 25 por ciento y superará los 15 millones en poco tiempo si no se ejecuta una acción urgente en todos los frentes.(Foto: EFE)
Personas desplazadas de la etnia Oromo, en Nairobi, Kenia. Las Naciones Unidas estiman que el número total de personas afectadas podría aumentar hasta en un 25 por ciento y superará los 15 millones en poco tiempo si no se ejecuta una acción urgente en todos los frentes.

Fran Equiza es director de cooperación internacional de Intermón Oxfam. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, máster en Administración de Empresas y en Análisis Económico, es también el director regional de la organización para el Cuerno de África. Desde Nairobi, donde vive, nos cuenta la situación que en un periplo por los campos de refugiados ha constatado y las razones por las que esta organización denuncia el calentamiento global como responsable de esta tragedia humana.

El director de Oxfam señala cuáles son dos los datos que apuntan en ese sentido. "El primero es la frecuencia de las sequías. En esta zona de África han existido desde que las personas tienen memoria, pero yo acabo de llegar del norte de Kenia y, si se pregunta a un pastor de 20 años y otro de 50, el mayor nos dirá que la sequías antes tenían una frecuencia de cinco, seis o siete años. Es decir, había sequías, pero también más tiempo entre una y otra, lo que les permitía recuperarse en cuanto a los cultivos y al ganado".

Según el director de Oxfam, en estos momentos estas sequías tiene otras características. "Ahora son cada dos años y más intensas. La diferencia entre estas sequías frente a otras de hace años era que, teniendo sequía en una zona, se podía caminar cien kilómetros hacia el norte o al este y allí encontrar pastos. Las que se producen en la actualidad están provocando que no haya pastos en ningún sitio. Por lo tanto, la frecuencia y severidad de las sequías es mucho mayor de lo que lo eran hace años".
Foto de archivo de una mujer y su hijo en el centro de alimentación de Acción contra el hambre, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en Wajid, 340 kilómetros al oeste de Mogadiscio, la capital de Somalia. // Foto de archivo de una mujer y su hijo en el centro de alimentación de Acción contra el hambre, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en Wajid, 340 kilómetros al oeste de Mogadiscio, la capital de Somalia.(Foto: EFE)
Foto de archivo de una mujer y su hijo en el centro de alimentación de Acción contra el hambre, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en Wajid, 340 kilómetros al oeste de Mogadiscio, la capital de Somalia.
Grave disminución de la producción agrícola

El segundo dato que subraya Equiza para mostrar esa relación se basa en lo que, para él, resulta ya una evidencia, "la capacidad de producción de los cultivos está disminuyendo en años sucesivos. Se maneja la misma tecnología con similares insumos; es decir, se están manteniendo constantes el resto de elementos en la producción de la tierra y, sin embargo, está descendiendo el rendimiento".

"De algunos productos estamos obteniendo un 20 por ciento menos de lo que teníamos antes. Mientras que el maíz ha reducido su producción un 20 por ciento, las judías lo han hecho en un 50 por ciento. Existe una previsión de futuro por la que, si los cultivos descienden en su rendimiento y las sequías son más severas y frecuentes, significa que efectivamente el cambio climático está afectando a esta parte de África, como en otras zonas del mundo, de una forma muy clara y muy determinada".

Pero, señala Equiza, también hay un factor claramente humano relacionado con la falta de inversión en esta zona y la continuada indiferencia por ofrecer posibilidades a la gente que vive allí, tanto agricultores como pastores.

"Evidentemente -dice el director de Oxfam-, hay condiciones que genera el ser humano. No es casual que las personas fundamentalmente afectadas por esta situación sean las que ya eran más vulnerables antes. Es decir, hay clases en la afectación de la situación de la sequía".
Fran Equiza es director regional de Intermón Oxfam para el Cuerno de África y Central Este. Desde Nairobi, donde vive, nos cuenta la situación que en un periplo por los campos de refugiados ha visto y las razones por las que esta organización denuncia el calentamiento global como responsable de esta tragedia humana. // Fran Equiza es director regional de Intermón Oxfam para el Cuerno de África y Central Este. Desde Nairobi, donde vive, nos cuenta la situación que en un periplo por los campos de refugiados ha visto y las razones por las que esta organización denuncia el calentamiento global como responsable de esta tragedia humana.(Foto: EFE)
Fran Equiza es director regional de Intermón Oxfam para el Cuerno de África y Central Este. Desde Nairobi, donde vive, nos cuenta la situación que en un periplo por los campos de refugiados ha visto y las razones por las que esta organización denuncia el calentamiento global como responsable de esta tragedia humana.
"Las consecuencias del cambio climático las ocasionan los más ricos y las pagan los más pobres de la tierra, porque son los que tienen menos capacidad de hacer frente a su entorno cambiante", asevera Equiza.

Y explica por qué la responsabilidad recae sobre los países desarrollados: "Hemos sido nosotros durante muchos años los que hemos generado unas emisiones brutales de gases de efecto invernadero.

Esto empezó en el siglo XIX con la revolución industrial. Pero no nos dimos cuenta de lo que podía pasar. No fuimos conscientes del cambio que estábamos generando. Pero ahora sí lo somos y, sin embargo, no hay acuerdos globales para pararlo.

Las disminuciones de las emisiones de estos gases son paupérrimas y, por tanto, es una responsabilidad directa".

"Es una situación injusta, obscena y solucionable", se lamenta Fran Equiza, director regional para el Cuerno de Africa y Central Este.